Miguel Ángel Morales Aguilar
Algo tiene ella de
tórtola o de bronce, que sabe escribir en el viento con plumaje de crayola,
como hace su sombra volátil sobre las tierras bajas; que acuden los árboles al
nido que dejaron para empollar otra tristeza y pío pío.
Hablemos de ella pío pío en otra porción de la rocola aunque no quede quinto pues eso es idea de los anticuarios aún en tiempos del coronavirus, pío pío, otra el maíz paga, sírvanle una cheve mexica al orador de aquella mesa otra al cancerbero que custodia esta cantina de maldoror venga otra ronda que los hombres no son polvo sino que se empinen nomás que sientan la hombría y pío pío corte de cartucho dedicado a Cecilia Erre la chaparrita ceccy la tortolita la que suena en mis oídos como una lluvia lejana y a algaraza tan ida y tan cerca ay la carcome el comején el ácaro ese arbolito sin hojas que soy cada vez que ella se va.
Pero la carcoma no es en la pared arrebatada por la pasión y el arrebato de arcadas y sudores el hueso para construir el balcón de labios contritos hincados en el pecho como una bala del R15 o un cuchillo de sicario en la axila en la entrepierna uñas sangradas e hijos manchados por la madrugada de los borrachos.
Aún así algo queda de ella la que no sabía decir adiós ella no tenía las alas de las tórtolas ni de las palomas que edifican las iglesias ella no sabía del llanto ni de la comezón que no se me quita ni con aluminio ella creció en mí igual que un cáncer y mordisquea mis arterias como quien pisa a una hormiga o una cucaracha.
Gracias
ResponderEliminarOtra vez, gracias.
ResponderEliminarMuy agradecido, muy agradecido, muy agradecido, digo con don Pedro Vargas.
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