Ante las exigencias de atender los retos del milenio bajo la hora de la acción mundial desde 2015, en los objetivos del milenio para el desarrollo. Visualizar la desigualdad de género, observar la brecha cada vez más amplia entre pobres-ricos, ante el desplazamiento poblacional mundial dentro de un cambio climático y el agobio de disminución de especies animales naturales y, sobre todo, el aumento vertiginoso de la pobreza, el vacío de atender la enseñanza primaria elemental en todo el orbe bajo la sostenibilidad ambiental.
En el marco de un nuevo país no sólo en lo político, sino también de un cambio en la escuela exigido por nuestra sociedad a través del ejercicio de un esquema de participación histórico mediante el voto electoral desde el 1 de julio de 2018.
Inscritos en una región lagunera en medio de una serie creciente de problemáticas como la escasez de agua de calidad para consumo humano producto de la sobreexplotación de mantos freáticos, el creciente conflicto de violencia expresado en diversas formas que se vive al interior de las comunidades escolares, la separación cada vez más evidente de la escuela y la comunidad expresada a través de la exclusión social con el aumento del fenómeno deserción-reprobación; la evidencia de una función directiva en el abandono bajo el cumplimiento normativo para el control, atrapado en un mundo legaloide-burocrático que irremediablemente lo hace invisible, alejándolo de una institución que reclama su presencia y ante una crisis de financiamiento que se muestra en el deterioro material de las escuelas.
M A N I F E S T A M O S
El reposicionamiento directivo bajo una visualización de atención en la gestión planificada, considerando los valores de participación social creciente y dinámica de los actores educativos al interior de las instituciones en movilidad de ascenso.
El rescate de la manera en que cada centro educativo conforma su crecimiento y la manera particular de su hacer constitutivo, que lo consolida frente a una comunidad que lo integra en el marco de una autonomía organizativa desde abajo.
El inscribirse en los márgenes de integración escolar hacia la consolidación de proyectos centrados en el aprendizaje intelectual alumno-docente, y atender el progreso científico-tecnológico en donde estamos inscritos, en esta sociedad digitalizada que arriba hacia una vida del rescate democrático.
Asumir la anticipación como práctica que permite atender situaciones que reducen el contexto tendencial en la búsqueda incesante de atención al ocio y al aislamiento individualista, que incrementa el conflicto existencial.
Conformar en cada centro educativo una palanca de la intelectualidad estudiantil-docente y propositiva, estrechada en la comunidad que lo contiene para el desarrollo sostenible del medio ambiente, en la constitución de una condición humana con valores que atienden el desfase humano del lento desarrollo, ante la ciencia en un país subdesarrollado.
Asumimos que no se trata de planes, sino de opciones, de nuevos esquemas de participación posible, no perfecta. Se trata de establecer compromisos, no de sumisión obediente, considerando la diferenciación que nos constituye.
El ascenso y visualización directiva es producto de la movilidad hacia el interior de las instituciones educativas, en un esquema de responsabilidad hacia los diversos planos del desarrollo social de la región lagunera, bajo el establecimiento de una comunidad de individuos organizados ante la contingencia de desesperanza autoritaria, no se trata de unir gentes sino unir mentes accionistas que constituyen al hombre hacia sí mismo.
Leído en Gómez Palacio, Durango, en el mes de julio de 2019
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