Ir al contenido principal

El hombre que lee propone y el homo videns dispone (Miguel Morales Aguilar)


Según el Diccionario Básico de la Lengua Española, la semiótica o semiología es la ciencia que estudia las diferentes formas de lenguaje y comunicación, su estructura y funcionamiento, es decir, el estudio de los signos lingüísticos, que logra su máxima expresión en el análisis e interpretación de los textos literarios.

Del griego semeion, que significa signo, sabemos que signo es algo que -actuando como estímulo- nos hace pensar en otro algo. De allí, encontramos en la interacción con los seres humanos y el entorno, signos visuales, auditivos y lingüísticos. Por lo tanto, podemos enfatizar que la vida comunicativa está hecha de signos. Cito a Charles Morris: La civilización depende de signos y de los sistemas de signos. El hombre, entonces, está hecho de palabras, y, de alguna otra manera (inusitada e intangible), también de ruido.

Pero el ruido no sólo designa un sonido inarticulado y desagradable, indica además cualquier interferencia u obstáculo en el proceso de comunicación, que es la semiótica del paralenguaje o de los medios de comunicación masiva. La mayoría de medios noticiosos e impresos emiten información superlativa, que manipulan el mensaje obedeciendo a la línea que es impuesta por grupos preponderantes que defienden intereses fácticos. Las televisoras se pelean la audiencia programando narco series, competencias de reáliti y entretenimiento pueril. Además, el ruido de las redes sociales (féisbuc, guatsap…) plagadas de comentarios insignificantes, anodinos y mezquinos. Ese es el ruido que entorpece la comunicación significativa y armónica.

Abundando en el tema, retomo los apuntes hechos del libro Homos videns, de Giovanni Sartori, que recomendó el maestro Ulises Uriel Regalado, titular de la materia Medios de información, en la Escuela Normal Superior de la Laguna, CI, para responder a las siguientes preguntas:


Uno. ¿Por qué y cómo se empobrece la capacidad de entender?

El homo sapiens debe todo su saber a su capacidad de abstracción. Las palabras son símbolos que evocan representaciones e imágenes. Las abstracciones no son visibles: felicidad, miedo, democracia…

Algunas palabras abstractas son traducibles en imágenes, pero son traducciones empobrecidas por la simulación y el manoseo del lenguaje. Por ejemplo, la felicidad es representada por un rostro que expresa alegría, la sonrisa que produce una pasta de dientes. La inteligencia con la imagen de un cerebro y no con la capacidad de resolver un problema social o académico. Imágenes que distorsionan la realidad, que ocultan el verdadero meollo del asuntacho, como dice la chaviza, como dice Franqui Rivers. El saber del homo sapiens se encapsula en lo que quieren hacerle creer, en el mundo percibido por los sentidos y no por el entendimiento de la realidad tal cual es.

Así, la televisión es un simple acto de ver, pues produce imágenes y anula los conceptos. De este modo atrofian nuestra capacidad de abstracción y con ella nuestra capacidad de entender. La televisión no produce ideas, sino que las empobrece cuando el homo sapiens es suplantado por el homo videns, ese que sustituye el lenguaje abstracto o conceptual por un lenguaje perceptivo o concreto, que es infinitamente más sucio y agujerado que los calcetines de un pordiosero, y no sólo más pobre en vocabulario y recursos retóricos y prosódicos, sino también en la riqueza de significado, de entendimiento de la realidad y de su entorno, es decir, de capacidad connotativa.

Dos. ¿Qué sostiene Giovanni Sartori acerca del hombre que lee y el homo videns?

La tesis de Sartori, es que el hombre que lee y el hombre que ve, la cultura escrita y la cultura audiovisual, deberían dar lugar a una síntesis armoniosa, ya que palabra e imagen no se contraponen, pero los hechos desmienten esta tesis, pues el hombre que lee y el homo videns, el hombre que sólo se interesa en el acto de ver y el que sabe leer su realidad y su entorno como ser social, integran una suma negativa.

Es que el hombre que lee ha estado decayendo, bien se trate de un lector de libros o periódicos, debido a que está controlado por los dueños de las herramientas de trabajo que sólo pagan su mano de obra, enajenado por los medios de comunicación, amordazado por los que detentan el poder político, económico e informativo. Ha decaído el hombre que lee, pues la explicación que da la televisión de las imágenes que proyecta es suficiente, es decir, el simple acto de ver está atrofiando la capacidad de entender.

De este modo, los medios de comunicación asumen que el saber mediante conceptos e ideas es elitista, mientras que el saber por imágenes es democrático. Se ha dejado de apostar a los contenidos cualitativos y de calidad, por un progreso cuantitativo y mercantilista. Todo sea para apoderarse de la audiencia y modificarles su manera de pensar, alejándolo de su cruda realidad de obrero asalariado y padre de familia doblegado por las crisis del coronavirus, del desempleo, y paralizado por el miedo y la incertidumbre en tiempos de pandemia por el Covid-19.


Tres. ¿Cuál es la tesis central de Sartori en cuanto a la ciber navegación en una época en la que predomina el homo videns?

Consiste en que el mundo multimedia, como su nombre lo enfatiza, es un mundo de usuarios activos y de múltiple utilización, cuyo instrumento es un ordenador que recibe y transmite mensajes digitalizados, es decir, el mundo de la era digital que ofrece productos diferentes y que propicia el protagonismo.

El Internet transmite imágenes pero también texto escrito: abre diálogo entre usuarios, permite la retroalimentación y la respuesta del interlocutor; facilita el feedback, los usuarios interactúan, y es como una biblioteca universal que alimenta la curiosidad; hace que los usuarios socialicen sus emociones, pensamientos y formas de sentir ante una injusticia. Para orientarse, agruparse, ponerse de acuerdo, alertarse de los alcoholímetros, choques de autos y balaceras. El Internet se utiliza como entretenimiento y como guía educativo-cultural. Permite a los usuarios ser cibernautas prácticos, eso no lo da la televisión. La televisión se fragmenta en tv de paga, por cable y vía satélite, sólo para audiencias concretas, y el Internet ofrece productos para satisfacer distintos intereses.

Sin embargo, la televisión triunfa entre los indolentes que prefieren el acto de mirar, mientras el Internet triunfa entre los activos, que prefieren dialogar y buscar, que invitan a fiestas CoVid para infectarse y crear un rebaño inmune, esos que convierten en un héroe a George Floyd, señalando el abuso policiaco y el racismo que prevalece en Estados Unidos. Esa resistencia pronto se replica en México, en contra del abuso de autoridad. Están también los que defienden la Tierra y el territorio, y se oponen a la fabricación de cianuro de la empresa Chemours Company, allá en el ejido El siete, cerca de Gómez Palacio,Durango. Porque la Tierra no se vende, la tierra se defiende. En fin, cada quien se entretiene o se compromete a su modo, y los milénials y las nuevas generaciones en la era del mundo digital, se expresan y organizan, comparten sus sentimientos y empatizan, protestan por el calentamiento global, pero son más los que utilizan el Internet como instrumento de rebeldía sin causa, como simple entretenimiento, y menos los que lo usan para encauzar su rebeldía justa y como cauda de conocimiento. Aunque el panorama es alentador, cuando el desafío es que surjan y sigan surgiendo líderes de opinión de a pie, desde la sociedad civil para ciudadanizar la política, para ir pasando de una democracia representativa a una democracia participativa.

El problema es que al niño se le inicia con la televisión y el homo videns ya está formado, enajenado, manipulado y controlado cuando llega a la red, por lo que su interés cognositivo no está sensibilizado para la abstracción, para traducir su mundo y realidad como ser social y transformar su mundo desde su conciencia histórica. Es que el homo sapiens ha entrado en crisis, una crisis de pérdida del conocimiento y de la capacidad de saber.

Hogaño, es perentorio diseñar propuestas que vengan a sanar las perversiones del lenguaje, y el texto literario sigue siendo el sistema de signos en una forma particular y especial de comunicación. El texto, verbigracia, el mensaje de un autor al lector, adquiere sentido al ser decodificado. Si el mensaje es una articulación de palabras, y la palabra es una articulación de sonidos, entonces se cumple la segunda articulación de la lengua, que es el punto de partida del signo; y el signo es una entidad de dos caras: significante y significado, que permite la funcionalidad del lenguaje y la comunicación edificante.

Sin más, la supresión del ruido exige la recuperación del lenguaje. Pero, ¿cómo nos recuperaremos? Pues cultivando el silencio, sosegándonos y observando nuestros pensamientos, palabras e imágenes, para curarnos de las perversiones del lenguaje. Al ordenar nuestras ideas tópicas, ordenamos el mundo, ordenamos nuestros entornos objetivos: lengua, cultura e historia, y ordenamos nuestros entornos subjetivos y abstractos: perfil psicológico del autor, la psique del texto, y, por ende, las estructuras sígnicas del texto, pues la ciencia es pensamiento ordenado; hablar, escuchar, leer y escribir correctamente es un arte. Por eso es que leer y comprender un texto, requiere de una formación sostenida y perseverante.

Para concluir, subrayo que el crítico deberá ordenar dentro de un orden lógico, temporal o espacial las estructuras narrativas o poéticas que el texto presenta, para pasar de la ingenuidad a la curiosidad epistemológica. Porque la crítica semiótica tiene, pues, por objeto, proponer claves de lectura y de interpretación que eliminen la ambigüedad del texto literario y hagan comprensible el mensaje que encierra, y así ir dejando atrás la epidemia de la ignorancia que abunda en el internet y en las redes sociales o, en su debido plazo, convertirlos en aliados estratégicos en el aula, en el hogar, en el trabajo, para el mejoramiento de la comunidad, las familias y de la sociedad.


Bibliografía

Sartori, Giovanni. Homo videns. La sociedad teledirigida. Madrid, Tau- rus. 1998.

Pérez Pisonero, Arturo. El texto y sus múltiples lecturas. Xalapa, México. Biblioteca Universidad veracruzana, (p. 1-40).

Comentarios

Entradas populares de este blog

A la muerte de un canalla (Mario Benedetti)

Los canallas viven mucho, pero algún día se mueren Obituario con hurras   Vamos a festejarlo vengan todos los inocentes los damnificados los que gritan de noche los que sueñan de día los que sufren el cuerpo los que alojan fantasmas los que pisan descalzos los que blasfeman y arden los pobres congelados los que quieren a alguien los que nunca se olvidan vamos a festejarlo vengan todos el crápula se ha muerto se acabó el alma negra el ladrón el cochino se acabó para siempre hurra que vengan todos vamos a festejarlo a no decir la muerte siempre lo borra todo todo lo purifica cualquier día la muerte no borra nada quedan siempre las cicatrices hurra murió el cretino vamos a festejarlo a no llorar de vicio que lloren sus iguales y se traguen sus lágrimas se acabó el monstruo prócer se acabó para siempre vamos a festejarlo a no ponernos tibios a no creer que éste es un muerto cualquiera vamos a festejarlo a no volvernos flojos a no olvidar que éste es un muerto de mierda.

Pensar con Freire (Diálogo y reflexión en torno a la educación)

  Desafiar al pueblo a leer críticamente  el mundo, siempre es una práctica incómoda  para los que apoyan su poder en  “la inocencia de los explotados” Paulo Freire Autor:  Néstor Manuel Trujano Molina Corrección y edición:  Sara Reyes Herrera      Introducción Por lo general, los seres humanos tendemos a mitificar todo lo que nos parece sorprendente, desconocido o interesante. Elaboramos y construimos estructuras para pensar libremente y éstas terminan convirtiéndose en nuestro lastre. Si bien es necesario construir conocimiento para explicar los fenómenos de la naturaleza y la sociedad, n os cuesta trabajo navegar por las tumultuosas aguas de lo incierto . Frente a estos retos reaccionamos buscando fórmulas que nos devuelvan la tranquilidad sin percatarnos que, en ese estado, lo pre científico es la salida fácil, rápida y sencilla a la que nos conduce nuestra incapacidad epistemológica. Esta es una tendencia muy usual en estos tiempos mediáticos para simplificar proceso

La muerte en el Romancero Gitano (Erald Aguilar)

  Federico García Lorca es el poeta que nació en Fuente Vaqueros y murió en Granada, en su Granada. Es el poeta español que anduvo en Nueva York y llenó de leyenda y belleza la cultura de los gitanos en dieciocho romances. Nos regaló la apasionante metáfora del almidón de una enagua que le sonaba en el oído como una pieza de seda rasgada por diez cuchillos. El irreverente que no tenía ningún libro porque los obsequió, infinitos, al infinito. Lorca, el poeta de la muerte mística. El poeta más poeta del Sigo XX. Aún sus restos son un misterio: el eco de una terrible dictadura (si es que la redundancia en este caso es válida). Gracias por el Romancero gitano, Lorca. En el Siglo XXI tu poesía contiene la versatilidad para el rap: octosílabos vibrantes de ritmo violento. En la eufonía de tus versos se encuentra la cadencia de la muerte, que como el toro de la reyerta se sube por las paredes:   Juan Antonio el de Montilla rueda muerto la pendiente su cuerpo lleno de lirios y una